viernes, 30 de julio de 2010

No sé que estudiar


El mundo parece agigantarse cuando se termina la escuela. Estamos seguros que  la rutina que teníamos hasta entonces, cambiará; que el espacio de contención social que nos brindaba el colegio, desaparecerá; y que un mar de exigencias propias de los adultos nos sacudirá ni bien egresemos. 

¡Y cómo si todo esto fuera poco, justo cuando estamos listos para tomarnos un año sabático,  debemos elegir la profesión con la que viviéremos el resto de nuestra vida…!
Si bien ninguno de estos cambios tendrá lugar de forma terminante y de un día para el otro, el simple hecho de estar culminando una etapa y a punto de empezar otra,  inquieta y genera muchísima incertidumbre.

Por eso, como de desdramatizar se trata,  aquí van algunas ideas para que elegir tu carrera sea una experiencia placentera y constructiva:

- Tómate un tiempo para pensar cómo te gustaría trabajar, si prefieres hacerlo en grupo o a solas. En esta etapa también es importante que pienses cuáles son tus habilidades y debilidades. Una vez que tengas respuestas para ambas cuestiones, buscá qué carreras se ajustan a tu modelo de “profesión ideal”.

- Evalúa que otras cosas relacionadas al trabajo consideras importantes: prestigio, dinero, tiempo libre. Y qué estás dispuesto a hacer o a dejar de hacer para conseguirlas.

- Si realizar sólo este proceso de análisis se te dificulta, puedes buscar un orientador vocacional dentro de la escuela o en forma particular. También sirve de mucho apelar a amigos y familiares para escuchar sus experiencias.

- Como la oferta de carreras hoy es muy amplia, una vez que tienes seleccionadas tres o cuatro opciones que se acercan a tus pretensiones, conviene que juntes todo el material informativo que puedas (web, guías especializadas, folletería, revistas)  para analizar en qué lugares se estudia, cómo es su contenido curricular; y cuál es la demanda que tiene el mercado laboral de esas especialidades.

- También es importante que indagues el costo económico de la carrera universitaria/terciaria para saber si su financiación está a tu alcance.

- Otro aspecto clave: conocer la carga horaria en las distintas casas de estudios. Si tienes que trabajar al mismo tiempo que estudiar, este punto es decisivo para saber con qué tiempo dispones para estas actividades.

- Cada vez irás ajustando más tu fantasía a la realidad. No solo es importante tener un registro real de qué implica estudiar esa carrera, sino también de cómo será ejercerla en un futuro. Para eso conviene que contactarse con gente que ya esté desarrollando esa actividad  en el  mercado laboral.  Sirve de mucho conocer sus experiencias. Incluso puedes preguntarles  cómo fue su inserción laboral: qué les pidieron, cómo se postularon; cómo planificaron su crecimiento profesional...

¡Y no olvides que nadie está libre de equivocarse! Si pruebas, y no te gusta, recuerda que no serías el primero en cambiar de bote en medio del rio. Lo importante es aprender de la experiencia, y volverlo a intentar.

Fuente: Yahoo

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