La región intenta volver a la normalidad y enfocarse en la reconstrucción de casas, puentes y carreteras tras los estragos causados por la tormenta Agatha, que dejó 179 muertos en Guatemala, Honduras y El Salvador.
"Es una total tragedia esto, la estamos viviendo cruel. Hay falta de alimentos para la gente que está aislada. Esto se pudo haber prevenido si hubieran dragado el río", afirmó el martes el presidente del comité de vecinos del Canton Ingenio en Amatitlán José Vicente Samayoa.
Unas 120 casas fueron destruidas por la crecida del río en Amatitlán, al sur de la capital, pero no hubo víctimas mortales.
Evacuados. Guatemala fue el país del norte del istmo centroamericano más afectado por la tormenta tropical: 152 personas murieron por las inundaciones y deslaves, según la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres. En Honduras hubo 17 muertos y en El salvador se reportaron 10.
El martes permanecían en albergues 64.000 personas en Guatemala y casi 125.000 habían sido evacuadas de sus hogares. En Honduras hay 1.200 personas en albergues mientras que en El Salvador hubo reportes de 11.000 evacuados hasta el lunes.
Las autoridades guatemaltecas esperan que el número de fallecidos pueda aumentar debido a que hay 100 personas desaparecidas. Las rutas comenzaron a ser habilitadas.
Préstamos. El gobierno utilizará un préstamo de 85 millones de dólares gestionado meses atrás con el Banco Mundial para hacerle frente a la emergencia y las tareas de reconstrucción.
En Honduras, los capitalinos estaban concentrados en la limpieza de toneladas de lodo que dejó la crecida del río Choluteca en el centro de Tegucigalpa.
"Más de 25 sectores de la capital resultaron inundados", dijo el martes en rueda de prensa el director del Comité de Emergencia Municipal de Tegucigalpa, Roberto Mendoza. "La normalidad retorna gradualmente y el lodo es sacado de los sitios inundados".
Desbordados. En Guatemala, el analista Manfredo Marroquín afirmó que la magnitud de la tragedia no se corresponde con la cantidad de lluvias que cayeron en el país.
"Lo que influye son los niveles de pobreza que vive Guatemala, la gente vive cada vez más en lugares más vulnerables y el estado no tiene la capacidad para prevenir, mucho menos para dar una respuesta rápida. En los lugares donde hay mayor concentración de riqueza, no hubo desastres porque tienen mejor infraestructura", dijo.
Agregó que la superpoblación y la degradación ambiental hace que las personas vivan en lugares en los que en, otros países sería impensable construir. "Ya no se trata solo de construcciones precarias, ahora estamos viendo viviendas formales construidas en lugares de alto riesgo y el estado no tiene la fuerza para regular", añadió.
Fuente: La Voz
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